El inicio de la iglesia de San Nicolás
Uno de los iconos más destacados de Getxo es la Iglesia de San Nicolás en Algorta. Pero evidentemente no siempre ha estado ahí, por lo que para comprender mejor el origen de este lugar nos tenemos que remontar a cuando no existía.
Como os comentábamos en el post sobre los barrios, Getxo se erigió en el S.XII en torno a la iglesia de Andra Mari, en Santa María de Getxo. Este fue el primer núcleo urbano, habitado principalmente por agricultores, pastores y pescadores. Estos últimos, buscando una ubicación más próxima al mar, se desplazaron un kilómetro y medio hacia la costa. Allí construyeron sus viviendas alrededor del pequeño puerto de Algorta y crearon un nuevo barrio, lleno de cuestas y con casas de lo mas pintorescas dando forma al barrio que conocemos hoy en día como el Puerto Viejo.
El resurgir de este nuevo barrio propició un gran distanciamiento entre estos dos núcleos. Hay que entender que en aquella época las comunicaciones entre barrios resultaban difíciles, y los modos de vida no eran los de hoy. Por causa de esta situación, la cofradía de pescadores promovió la construcción de una ermita para tener un lugar de encuentro religioso cercano. Corría la década de 1650-1660 cuando se inauguró la ermita de San Nicolás en el barrio del puerto de pescadores de Algorta a expensas de la gente del barrio y con capacidad para unas ciento veinte personas.
Años mas tarde, a mediados del siglo XVIII, los vecinos del puerto se sentían molestos porque desde la inauguración de su ermita décadas atrás, seguían sin sacerdote fijo mientras que en Santa María de Getxo había cuatro. En muchos momentos del año se sentían poco asistidos en el tema religioso porque ellos, los pescadores, tenían necesidades totalmente diferentes a los del vecino del pueblo y no coincidían en los horarios de las misas y de las celebraciones religiosas.
Querían, por tanto, independizarse de la parroquia principal y tenían motivos que lo justificaban. Por un lado lo ya comentado, y por el otro el hecho de que en ese momento había ya más casas en el barrio costero y producían mas que en el interior. En resumen, contribuían mas. Al final consiguieron un convenio como subsede de la parroquia de Santa María de Getxo y mejoraron las condiciones. En 1808 consiguen por fin su nombramiento como parroquia, y en 1852 se le encarga a un arquitecto el estudio de su restauración ya que la ermita se encontraba en muy mal estado.
Pero la ampliación del edificio, no se puede llevar a cabo por las características del solar (lindaba con un camino real, un pequeño acantilado y una finca particular cuyo dueño se negaba a demoler su casa para ampliar la ermita). Así que el arquitecto concluye que es imposible aumentar su tamaño tal y como se demandaba, y que lo mejor sería trasladar la parroquia a otro lugar y construir un nuevo edificio.
Por aquellos años la justificación de sus exigencias era incuestionable: el barrio de Algorta tenía 1.695 habitantes, frente a los 783 de Santa María de Getxo, a pesar de seguir siendo éste último, núcleo original del municipio. Con todo esto y sumando lo dicho por el arquitecto, se decide en 1854 remodelar la ermita y casualmente ese mismo año se solicita al Ayuntamiento la cesión de una campa (campa de Muxika) en los terrenos hacia donde el barrio estaba creciendo. Se aceptó la solicitud y comenzaron las labores de gestión y compra de terrenos contiguos porque la campa era insuficiente para el tamaño de parroquia deseada. Dos años después, comenzaron las obras que contaron con un importantísimo aporte económico particular en detrimento del de la Iglesia y la Administración. En 1863 se inaugura la nueva parroquia y se cierra la ermita del Puerto al público.
Como vemos, desde sus orígenes éste espacio (sumado a la plaza de San Nicolás) constituye un lugar muy simbólico para los habitantes del municipio, más allá del carácter religioso. La participación de la sociedad, su papel en la promoción de la Iglesia y del emplazamiento, han sido determinantes para considerarlo tanto entonces como ahora, el principal (o uno de los principales) espacio público del municipio de Getxo.